Semanario ABC/Tijuana, B.C. — En la delegación Cerro Colorado, el servicio de recolección de basura pesada —que debería ser una obligación institucional— se ha convertido en moneda de cambio político. Líderes comunitarios denuncian que la delegada Rosy García está condicionando el retiro de desechos a la grabación de un video con al menos 20 personas enviando saludos y aplausos al dirigente Burgueño, en lo que parece un montaje propagandístico disfrazado de gestión pública.
“Si recojo la basura, pero quiero 20 gentes para la foto y que aplaudan a Burgueño y a la delegada”, fue el mensaje que recibieron los líderes, quienes se niegan a participar en lo que califican como chantaje institucional.
Es una realidad que el presidente Burgueño no está enterado del modus operandi de la delegada y su equipo que por falta de liderazgo tienen estas prácticas
La delegada, según testimonios, no se ha presentado ni ha atendido peticiones vecinales, pero exige reconocimiento público para autorizar un servicio que es parte de sus funciones. El video, que se pretende subir a redes sociales, busca posicionar a Burgueño y García como gestores activos, cuando en realidad la comunidad ha sido ignorada sistemáticamente.
Simulación política y ambición personal
La molestia se intensifica al conocerse que Rosy García viajó recientemente a la Ciudad de México con miembros de su partido para negociar una diputación, en plena jornada de trabajo. Mientras los vecinos esperan servicios básicos, la delegada se ausenta para asegurar su futuro político. La ciudadanía exige que la Síndico Procuradora, Teresita, investigue y sancione esta conducta, que representa una falta grave al compromiso público.
“No le haremos el caldo gordo para presumir. Así no. Sin condiciones. Es su obligación”, expresaron los líderes, quienes buscan alternativas para que la recolección se realice sin manipulación ni espectáculo.
¿Gobierno o espectáculo?
Este caso revela una práctica cada vez más común en Baja California: la simulación institucional, donde los servicios públicos se condicionan a la propaganda, y los funcionarios operan más como influencers que como servidores. La delegación Cerro Colorado se convierte así en un escenario de presión, chantaje y oportunismo, donde la basura no se recoge si no hay aplausos.
La ciudadanía exige respeto, transparencia y servicios sin condiciones. Porque gobernar no es grabar saludos, es atender, escuchar y cumplir.
